miércoles, 19 de abril de 2006

Sueños para las vacaciones

Era un día de verano, no hacía mucho sol. Pero así todo decidimos hacer lo de todos los días, ir a la playa y tirarnos desde el muro a la ría.
Nadie quería ser el primero en tirarse, el primero fue un chico que estaba por allí, fue el quien rompió el hielo.
Entonces comenzamos a tirarnos, primero se tiraron dos de mis amigos y luego yo, cuando me sumergí en el agua me pareció extraño el color de la luz que entraba en el agua y la temperatura que tenía el agua tampoco era la de siempre. Llevaba unos segundos en el agua y decidí salir a la superficie.
No podía creer lo que había pasado, había salido en medio de un lago, Salí del agua todo lo rápido que pude, desconcertado, puede que por el miedo a encontrarme solo.
Decidí buscar a mis amigos, a aquellos con los que había ido a la playa para tirarnos desde el muro. Estuve quizá tres horas buscándoles, no tenía noción del tiempo ya que me quité el reloj antes de tirarme al agua.
Paré debajo de un arbusto que me parecía idóneo para pasar la noche, porque desistí de buscar a mis amigos.
Al día siguiente quería que, al abrir los ojos, estuviera en mi cama y poder llamarlos, pero no fue así , estaba donde me había quedado dormido, todavía estaba empapado. Me levanté y me puse a buscar algo que pudiera comer, pero lo que mas me impresionó fue encontrar un libro sobre la base de un árbol talado, me impresionó porque aquel extraño bosque parecía deshabitado.
Tome rápidamente el libro y me fui hasta el único sitio en el que me sentía protegido, que era el arbusto donde pasé la noche. Empecé a leer el libro ya que una vez que se acabara la luz del día no podría seguir leyendo, me quedé paralizado al leer la segunda hoja, que trataba sobre un chico de mi edad, pero en aquella segunda hoja estaba narrado con todo tipo de detalles lo que me había ocurrido el día anterior, desde que entré al agua.
El libro me sobrecogió tanto que seguí leyendo, me parecía magnifico el poder saber que alguien sabía todo lo que me pasaba, pero a la vez era aterrador, ya que narraba mi destino. Cuando estaba casi acabando, descubrí mi terrible final, el libro contaba como me iba a pasar toda la vida solo en el bosque donde aparecí y no precisamente por casualidad.

Cuando cerré el libro al terminarlo, rompía llorar, tras unos minutos ahogado por la desesperación, decidí afrontar mi destino y pasar lo mejor posible los días que me quedaban en aquel lugar.
Ni siquiera sé cuantos años pasé en aquel bosque antes de terminar todo, pero de lo que más me arrepiento es de no poder disfrutar todo lo posible con mis amigos. Todo mi destino narrado por un simple libro, del cual desconocía su existencia.
Desde ese día, cuando me despierto, entiendo la importancia de los sueños, por eso comencé a disfrutar de mis amigos todo lo que pude y nunca negué una oportunidad para estar con ellos.

ROMÁN GONZALEZ REVUELTA





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