sábado, 22 de abril de 2006
Sueños para las vacaciones
El sol se apagó, mis ojos se cerraron y no sé ni como, ni cuando, ni por qué, ahí estaba yo en medio del océano, sin nadie alrededor, solamente yo sobre una minúscula barca y un libro entre mis manos, no sé por qué ese libro estaba allí, ni si quiera se sí me encontraba bien o mal, estaba aterrada, mirando hacia todos los lados, sin poder articular palabra, sin poder gritar, ojalá pudiera gritar. Pero daría igual, nadie me oía, nadie me podía ayudar, y yo lo sabía, sentía que estaba solo, abandonado a la deriva en un mar de terrible calma.
De repente sentí una presión muy fuerte en el pecho, percibí que alguien, algo me podía ayudar a salir de aquella pesadilla de profunda soledad, ese libro posado entre mis piernas temblorosas, me ayudaría. Al no tener ninguna esperanza recurrí a él, este no tenía título, ni introducción, más que un libro parecía un manual. Ante mi tenía la solución de aquel infierno.
Comencé a leer y me di cuenta que era mi historia, todo aquello que estaba presente en aquellas páginas mostraba lo que me estaba sucediendo a mi. Sentí pánico al verme reflejada en el, mi cara, mi cuerpo, mi ropa. Este libro sería mi solución, pero como llegar hasta ella, yo cada vez estaba más asustada, más temblorosa, tan incapaz de seguir leyendo, aunque tenía que seguir para conseguir salir de allí. Al pasar de página me di cuenta de que estaba en blanco, páginas en blanco ¡NO!, por favor esto no me podía estar sucediendo a mi.
Cuando logré recuperarme del gran susto, comprendí que el final de mi historia debía ser acabada por mí, tenía la oportunidad de acabar mi aventura, pero no lo hice, cerré el libro y me senté, defraudada conmigo misma.
De repente, no se por qué, me desperté, por fin había conseguido salir de aquella pesadilla, debía de sentirme alegre y contenta al descubrir que todo había sido un simple sueño, pero no, el único sentimiento que se paseaba por mi cuerpo era el del desprecio hacia mi escasa valentía, y mi posibilidad de acabar mi propio sueño y con el mi propia realidad.
Laura Cubas
De repente sentí una presión muy fuerte en el pecho, percibí que alguien, algo me podía ayudar a salir de aquella pesadilla de profunda soledad, ese libro posado entre mis piernas temblorosas, me ayudaría. Al no tener ninguna esperanza recurrí a él, este no tenía título, ni introducción, más que un libro parecía un manual. Ante mi tenía la solución de aquel infierno.
Comencé a leer y me di cuenta que era mi historia, todo aquello que estaba presente en aquellas páginas mostraba lo que me estaba sucediendo a mi. Sentí pánico al verme reflejada en el, mi cara, mi cuerpo, mi ropa. Este libro sería mi solución, pero como llegar hasta ella, yo cada vez estaba más asustada, más temblorosa, tan incapaz de seguir leyendo, aunque tenía que seguir para conseguir salir de allí. Al pasar de página me di cuenta de que estaba en blanco, páginas en blanco ¡NO!, por favor esto no me podía estar sucediendo a mi.
Cuando logré recuperarme del gran susto, comprendí que el final de mi historia debía ser acabada por mí, tenía la oportunidad de acabar mi aventura, pero no lo hice, cerré el libro y me senté, defraudada conmigo misma.
De repente, no se por qué, me desperté, por fin había conseguido salir de aquella pesadilla, debía de sentirme alegre y contenta al descubrir que todo había sido un simple sueño, pero no, el único sentimiento que se paseaba por mi cuerpo era el del desprecio hacia mi escasa valentía, y mi posibilidad de acabar mi propio sueño y con el mi propia realidad.
Laura Cubas
// posted by Hermano Jorge @ 1:50 p. m. 
