D libros

Lector: Nadia Berodia Sánchez

Ha leído: La dama número trece

Efectos: Curiosidad, miedo, y unas ganas irrefrenables de seguir leyendo. El miedo te envuelve en una atmósfera inconclusa donde cada palabra te lleva a seguir leyendo más y más.
El final te decepciona porque deseas que persevere la trama.
Te adentras en el mundo mágico y cruel de la literatura y sobre todo de la poesía. Déjate inspirar por la dama número 13.

Lector: Lidia Fernández Fernández

Ha leído: Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo

Efectos: Es un libro de poesía que expresa cómo es el amor, cómo se siente y lo que hace, y yo de esto entiendo. Si sientes que estás enamorado deberías dcírselo a la persona de la cual estás enamorada. Si lo dices, además de quedarte tú más tranquilo, te quedas en tu mundo, mientras el otro, da igual que se ría, tú te has quedado contento porque podéis ser amigos. O coincidir en que los dos os gustáis. En definitiva, estar enamorado es muy bonito si lo sabes llevar. Sólo cuenta lo qeu tú pienses y lo que la otra persona piense.

Lector: Cristian Zorrilla

Ha leído: Rebelión en la granja de George Orwell

Efectos: Los animales asombrados pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo: y nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era el otro.

Lector: Laura Fernández Vélez

Ha leído: Balzac y la joven costurera china de Dai Sijie

Efectos: Tras leerlo, te das cuenta de que los libros te pueden transportar hacia otros mundos y con ellos descubrir ilusiones, sentimientos. Te llevan al mundo de los libros, y descubrirás sensaciones que antes creías perdidas.

Lector: Jesús González Quevedo

Ha leído: Obabakoak de Bernardo Atxaga

Efectos: Me ha producido un cúmulo de sensaciones nuevas. En realidad, ha sido un sueño que parecía estar viviendo.

El sol se apagó, mis ojos se cerraron y no sé ni como, ni cuando, ni por qué, ahí estaba yo en medio del océano, sin nadie alrededor, solamente yo sobre una minúscula barca y un libro entre mis manos, no sé por qué ese libro estaba allí, ni si quiera se sí me encontraba bien o mal, estaba aterrada, mirando hacia todos los lados, sin poder articular palabra, sin poder gritar, ojalá pudiera gritar. Pero daría igual, nadie me oía, nadie me podía ayudar, y yo lo sabía, sentía que estaba solo, abandonado a la deriva en un mar de terrible calma.
De repente sentí una presión muy fuerte en el pecho, percibí que alguien, algo me podía ayudar a salir de aquella pesadilla de profunda soledad, ese libro posado entre mis piernas temblorosas, me ayudaría. Al no tener ninguna esperanza recurrí a él, este no tenía título, ni introducción, más que un libro parecía un manual. Ante mi tenía la solución de aquel infierno.
Comencé a leer y me di cuenta que era mi historia, todo aquello que estaba presente en aquellas páginas mostraba lo que me estaba sucediendo a mi. Sentí pánico al verme reflejada en el, mi cara, mi cuerpo, mi ropa. Este libro sería mi solución, pero como llegar hasta ella, yo cada vez estaba más asustada, más temblorosa, tan incapaz de seguir leyendo, aunque tenía que seguir para conseguir salir de allí. Al pasar de página me di cuenta de que estaba en blanco, páginas en blanco ¡NO!, por favor esto no me podía estar sucediendo a mi.
Cuando logré recuperarme del gran susto, comprendí que el final de mi historia debía ser acabada por mí, tenía la oportunidad de acabar mi aventura, pero no lo hice, cerré el libro y me senté, defraudada conmigo misma.
De repente, no se por qué, me desperté, por fin había conseguido salir de aquella pesadilla, debía de sentirme alegre y contenta al descubrir que todo había sido un simple sueño, pero no, el único sentimiento que se paseaba por mi cuerpo era el del desprecio hacia mi escasa valentía, y mi posibilidad de acabar mi propio sueño y con el mi propia realidad.

Laura Cubas

“ÚLTIMO VERANO JUNTOS”



Era verano, viernes por la tarde, más o menos las ocho y media de la tarde, estábamos mis amigos y yo en una casa abandonada que nos había dejado la tía de una amiga para pasar unos días, esos días los escogimos de tal manera que coincidiese con las fiestas del pueblo en el que nos quedábamos. La casa tiene tres plantas, abajo está una vieja cocina con todos los trastos colocados como los dejaron la última vez, y al lado de ésta, una especie de cuadra, en la que había muchos utensilios para trabajar en el campo; dalles, hoces… y muchos más, en esa habitación no nos gustaba mucho entrar porque por las noches acostumbrábamos a inventarnos historias de miedo con nosotros mismos de protagonistas, y siempre esa habitación era la número uno en historias, porque siempre contábamos cosas terroríficas que ocurrían en ella, y como causa de eso, nos costaba un poquito dormir. En la casa dormíamos Carla, Marta, Laura , Carlos, Ramón y yo. Yo dormía con mi novio Carlos en una habitación, mi amiga Carla con su novio Ramón en la otra habitación, y Mata l Laura en otra. Esa noche era muy bonita y tranquila aunque tanto silencio y tranquilidad atronadora era un poquito mosqueante, esa noche pasaría algo de lo que nunca nos olvidaríamos ni tampoco esperábamos que nos pasara a nosotros…
Cuando todos dormían, a mi me entraron ganas de ir al baño, y como el baño estaba en la planta de abajo, no me apetecía mucho bajar sola después de las historias que habíamos contado, así que desperté a mi novio para que me acompañase, y cuando volvimos a la cama, no teníamos sueño, y después de una larga conversación, llegaron las dos de la mañana y decidimos buscar algo con qué distraernos en la casa mientras los demás dormían. Bajamos de la mano por aquellas viejas escaleras que crujían mientras nuestros pies descalzos se posaban suavemente en ellas, iluminados simplemente por la luz de la luna llena que aquella noche nos acompañó en aquella historia, decidimos entrar en la cuadra, empezamos a buscar y a buscar entre los viejos trastos amontonados que desbordaban aquella pequeña habitación, y por fin encontramos un antigua baúl repleto de libros antiguos, rebuscando entre ellos alguno que nos pudiese interesar, yo encontré uno que aparentemente no estaba tan estropeado como el resto, y además me gustó mucho porque las tapas estaban decoradas por unas tiras delgaditas de color dorado. Lo abrimos y nos quedamos boquiabiertos al ver que aquel libro se trataba de un viejo álbum de fotos en los que se guardaban cuidadosamente personas retratadas. Dicho así suena todo normal, hasta que nos dimos cuenta de que se trataba de personas que habían fallecido, en las fotos había bebés, ancianos y una chica que era clavadita a nuestra amiga Marta. La niña de la foto tendría cuatro días, pero, salvo el gran parecido, no le dimos ni la más mínima importancia, así que esperamos al día siguiente, cuando la luz del día les despertarse para poder enseñar a todos el álbum. Todos se quedaron extrañados, pero lo que de verdad nos asustó, fue la cara pálida que en pocos momentos inundó a Marta, ella nos contó la verdadera historia de aquellas fotos, Marta como prueba cogió el álbum y a la hora de comer decidió ir a comer con sus padres para poder pedirles explicaciones, ellos no tuvieron más remedio que contarle todo, y aquella niña resultó ser su hermana gemela que se murió en el mismo momento que Marta nació, y por eso los padres de ella no la dejaban entrar en aquella habitación para que nunca supiese la verdad de aquello…
Al final todo resultó ser un sueño, pero cuando me desperté le conté todo mi sueño a mi novio y yo tenía un presentimiento, y tenía que bajar a verificarle, por eso le pedí que me acompañase a la cuadra para ver si todo se había quedado en un simple sueño, pero no, allí estaba el viejo baúl y en su interior el misterioso álbum con aquella maldita foto, a nuestra amiga Marta decidimos no contarle nunca la verdad y todos nos guardamos el secreto, pero ese fue nuestro fallo, ya que la foto nos atormenta la cabeza cada día por el remordimiento de que Marta nunca lo supiese y que se fuese a la tumba con aquella incógnita…

SARAY GARCÍA DELGADO 1º ARA Nº 9

Era una noche de verano. Yo estaba tumbada en la cama mientras leía un asombroso libro que había encontrado en la vieja biblioteca de la ciudad. Tras varios minutos de lectura me quedé dormida.
A media noche, sobre la una de la madrugada aproximadamente me desperté con un fuerte dolor de cabeza, fui hacia la cocina y me tomé una aspirina. Todo parecía en orden y volví a dormirme. A la mañana siguiente, como de costumbre, me levantaba sola ya que mis padres trabajaban los dos por la mañana y me fui para la escuela. A la vuelta intente abrir la puerta de casa pero las llaves no encajaban bien en la cerradura, así que llame al timbre. Me abrió una señora de mediana edad que yo nunca antes había visto, ella como si nada, me saludó y me preguntó que tal el día , yo no sabía como reaccionar, contesté que bien y me dirigí al sitio donde estaba mi habitación. Mi sorpresa fue que todo estaba cambiado. Había fotos mías por toda la casa junto a otras personas desconocidas. Desesperada corrí de nuevo donde estaba aquella mujer. Mi sorpresa fue que estaba en la cocina junto a otro hombre y otra chica igual que yo. No parecían sorprendidos por verme allí. No sabía que hacer, así que fui de nuevo a la habitación y encontré el libro que estaba leyendo antes de quedarme dormida. Le abrí y comprobé que el libro era el mismo, las mismas palabras todo igual. Sin saber como, me volví a quedar dormida. Al rato me desperté, era media noche y me dolía mucho la cabeza. Me levanté muy asustada de la cama pensando que la misma historia se volvería a repetir.
Corrí hacia la cocina pero esta vez no tomé nada para el dolor y me volví a la cama. A la mañana siguiente al despertar comprobé que todo estaba en orden nada extraño y continué leyendo el libro por donde lo había dejado. La historia que contaba este libro era lo mismo que me había ocurrido a mí, desde que me desperté en una casa extraña y nadie parecía sorprenderse por mi presencia, hasta que al día siguiente me volví a despertar y todo estaba en su normalidad. El libro acabó justamente en el sitio y momento donde yo me encontraba en esos instantes.

SANDRA PELÁEZ

Era un día de verano, no hacía mucho sol. Pero así todo decidimos hacer lo de todos los días, ir a la playa y tirarnos desde el muro a la ría.
Nadie quería ser el primero en tirarse, el primero fue un chico que estaba por allí, fue el quien rompió el hielo.
Entonces comenzamos a tirarnos, primero se tiraron dos de mis amigos y luego yo, cuando me sumergí en el agua me pareció extraño el color de la luz que entraba en el agua y la temperatura que tenía el agua tampoco era la de siempre. Llevaba unos segundos en el agua y decidí salir a la superficie.
No podía creer lo que había pasado, había salido en medio de un lago, Salí del agua todo lo rápido que pude, desconcertado, puede que por el miedo a encontrarme solo.
Decidí buscar a mis amigos, a aquellos con los que había ido a la playa para tirarnos desde el muro. Estuve quizá tres horas buscándoles, no tenía noción del tiempo ya que me quité el reloj antes de tirarme al agua.
Paré debajo de un arbusto que me parecía idóneo para pasar la noche, porque desistí de buscar a mis amigos.
Al día siguiente quería que, al abrir los ojos, estuviera en mi cama y poder llamarlos, pero no fue así , estaba donde me había quedado dormido, todavía estaba empapado. Me levanté y me puse a buscar algo que pudiera comer, pero lo que mas me impresionó fue encontrar un libro sobre la base de un árbol talado, me impresionó porque aquel extraño bosque parecía deshabitado.
Tome rápidamente el libro y me fui hasta el único sitio en el que me sentía protegido, que era el arbusto donde pasé la noche. Empecé a leer el libro ya que una vez que se acabara la luz del día no podría seguir leyendo, me quedé paralizado al leer la segunda hoja, que trataba sobre un chico de mi edad, pero en aquella segunda hoja estaba narrado con todo tipo de detalles lo que me había ocurrido el día anterior, desde que entré al agua.
El libro me sobrecogió tanto que seguí leyendo, me parecía magnifico el poder saber que alguien sabía todo lo que me pasaba, pero a la vez era aterrador, ya que narraba mi destino. Cuando estaba casi acabando, descubrí mi terrible final, el libro contaba como me iba a pasar toda la vida solo en el bosque donde aparecí y no precisamente por casualidad.

Cuando cerré el libro al terminarlo, rompía llorar, tras unos minutos ahogado por la desesperación, decidí afrontar mi destino y pasar lo mejor posible los días que me quedaban en aquel lugar.
Ni siquiera sé cuantos años pasé en aquel bosque antes de terminar todo, pero de lo que más me arrepiento es de no poder disfrutar todo lo posible con mis amigos. Todo mi destino narrado por un simple libro, del cual desconocía su existencia.
Desde ese día, cuando me despierto, entiendo la importancia de los sueños, por eso comencé a disfrutar de mis amigos todo lo que pude y nunca negué una oportunidad para estar con ellos.

ROMÁN GONZALEZ REVUELTA

-Al filo de lo imposible -

Ya son las once, me encuentro en la cama estirada, sin ganas de dormirme porque sé que todo puede cambiar instantes después, intento luchar para poder no dormirme pero creo que no lo consigo, hoy fue un día muy extraño y me encuentro muy cansada pero no quiero dormirme, tengo temor a que mi mundo cambie… Un momento de pausa, poco a poco se me cierran los ojos y Noooo¡!Creo que me he quedado dormida! pero no quiero que nada cambie y… estoy entrando por un túnel blanco y muy largo, ¡parece que no tiene fondo y ya han pasado 2 horas! pero… ¿Esto qué es?-me pregunto a la vez que sigo avanzando, -No aparece nada ni nadie.
- Ya han pasado otras dos horas más y estoy muy cansada, no quiero seguir avanzando, No! De repente el suelo se agrieta, se abre, todo comienza a temblar y caigo, de pronto miro a mi alrededor, estaba en mi habitación, en mi cama y – ¡No puede ser! me estoy viendo a mi misma, ¿Pero que hago aquí? -De inmediato me encuentro en otro lugar, conocido pero a la vez extraño, estoy viendo a mi gente, están bien, les encuentro contentos, y yo me encuentro algo mejor, pero… poco a poco me voy acercando a ellos más y más e intento entablar conversación con alguno y …Nooo! – ¿ Es que soy invisible?¿No me quieren hablar o…¡ no sé!¿Pero que es esto?
-Uno de mis amigos me traicionó, me cogió como si fuera un papel arrugado y me rompió en varios trozos, yo sin palabras me pregunté ¿Pero que es esto? ¿Cómo puede ser? ¿Es que no existo? o no sé, no quiero esto, no sé si es un sueño pero si lo es quiero despertar, de repente empieza a llover e hice amago de despertarme y ¿qué era? Me habían echado un vaso de agua por encima para despertarme y al final cuando me desperté upff ¡Que alivio! Era un sueño y… ¡estoy entera!

Toca Gutiérrez, Lucía
1º Bach ARA

-La realidad de un sueño-

Estaba marginada en la cocina, observando el reloj. Me sentía fatal, me dolía la cabeza y tenía una fiebre horrorosa, no aguantaba más. Aquellos ruidos de música que resonaban al lado de mi habitación, eran bastante insoportables y extraños. Me recordaban a la famosa música clásica de “La danza macabra”(de . C. Saint Saens).
Miré por todos los sitios, pero no encontraba nada. Miré por todas las habitaciones, pero no comprendía exactamente de donde provenía la música… Se me hacía todo cada vez mas extraño. De repente, me sentí con un miedo terrible. Empecé a imaginarme cosas extrañas y a pensar que igual existía alguna habitación oculta… ¡Pero no! ¡No podía ser posible!... Entonces decidí irme a la cama, me tapé entera, hasta la cabeza, esperando a que apareciese mi madre, que ya estaba por llegar. Al final, de tanto esperar, me dormí de nuevo.
Me desperté, pero la música seguía sonando, estaba toda mi familia reunida y vestida de negro, yo les miraba con cara extraña pensando si se había muerto alguien, ¡Pero no! No veía nada.
Yo les pregunté, que era lo que pasaba, pero ellos no contestaban, estaban completamente mudos y seguían escuchando aquella canción tan extraña. En ese momento, empecé a sentirme sola, empecé a imaginarme cosas. ¡Y de repente! Me desperté. Y en aquel momento comprendí que todo aquello había sido un sueño, y desde aquel día, ya no volví a leer más aquellos relatos de miedo.
Olga Lemza

Sueño.


Me encuentro en la cama leyendo un libro; estoy en lo mejor pero no puedo evitarlo se me caen los párpados y tengo mucho sueño; quiero seguir pero no puedo y sin darme cuenta me encuentro sumergida e el sueño.
Vuelta a empezar, estoy en un coche de copiloto no se quien conduce pero me parece familiar; me agarro al asiento se que va a suceder, no se por qué, pero esto ya ha pasado antes y zas!! Ocurre, no se como pero ahora soy yo la que conduzco, de momento todo a bien pero se que no será por mucho tiempo. Sigo el camino de la carretera y ahí está, no se como ni de donde aparece un muro y me doy contra él, boto sobre la cama pero sigo durmiendo.
¿Qué ocurre?, ¿Dónde me encuentro? Estoy en una playa, está atardeciendo, mientras el sol se esconde empieza a aparecer gente. Conozco a algunos amigos., familia… de pronto no sé porque se empiezan a meter en el agua, corro a interrumpirles el paso pero no puedo con todos, les hablo pero no me escuchan, les grito pero es inútil; así que acabo en el agua sacándolos uno a uno a los que conozco hasta que….
Suena e despertador y todo acaba.

Laura González Quevedo

AQUELLAS EXTRAÑAS HOJAS


El sueño, empezaba un día atormentado de camino a casa después del colegio, cuando me encontré de repente que llovía sobre mis hojas de texto pero esa circunstancia, era extraña ya que solo caían sobre mí. Me asustaba pensar porque ocurría eso, esas hojas venían donde mi. Así que, decidí recogerlas todas para ver de qué se trataban esos textos. Sentía miedo al ir por la calle solitaria, con tormenta, sentía como toda la gente me observaba por las ventanas o las mirillas de las puertas. Me sentía incomoda pensar que alguien me podría culpar de algo. Me consumía la intriga que sentía por ver de qué se trataba. Así que eché a correr hasta llegar a casa. Subí las escaleras corriendo hasta llegar a mi habitación, tuve que secar las hojas ya que se encontraban todas algo mojadas y las letras empezaban a emborronarse, por suerte, aun se podían leer con claridad.

Así que sin esperar un segundo más profundicé en la lectura. De repente el miedo me venció, tuve que abandonar mi lectura. En esas hojas se hablaba de mí. Toda mi vida había sido escrita en esas hojas desde mi nacimiento, la pregunta era: ¿Quién había podido escribir esa hojas acerca de mí? Sentía miedo al ver que contaba lo sucedido hacía un par de horas cuando recogí esas hojas, no sabía si haría bien en seguir leyendo y descubrir que me depararía el futuro, si acaso esas hojas se pusieron ante mí por alguna extraña razón. Pero sentía mucho miedo e impotencia a leer una sola línea más. Así que le guarde debajo de la cama y me fui a dormir. Cuando me desperté a la mañana siguiente el libro se encontraba encima de mí, abierto exactamente en esa misma mañana en la que yo me levantaba, veía el libro y pasaba una página por intriga de que me pasaría ese día y no aparecía nada, tan sólo una cruz roja que ocupaba toda la hoja.¿Que significaría eso? No encontraba una respuesta razonable. Ese día al ir al colegio se lo conté a mis amigos lo que estaba sucediendo, pero nadie me creyó hasta que vinieron a mí casa y vieron como efectivamente en ese libro se hablaba de mí. Ninguno de nosotros podríamos imaginar que significaría esa cruz roja. Desgraciadamente mi despertador sonó y jamás sabría que significaría esa cruz. Pero pasados dos años esa historia se hizo realidad y supe que significado tenía, pero por lástima jamás se lo pude contar a mis amigos.

Elisabeth Crespo Arenas

Eran las 8 de la mañana, el despertador sonó para ir a trabajar pero no desperté en mi cama, tampoco en mi casa ni con mi familia. Todo era muy extraño.
Salí a la calle, pero me encontraba en otra ciudad y en otro país. Me sentía sola, vulnerable e indefensa. Intenté hablar con una chica que pasaba por la calle en ese momento, y perfectamente comprendí lo que la chica me dijo. Estaba en Francia. ¿Qué había pasado con mi país? ¿Dónde estaban mis amigos y mi familia? Me había que dado sola en un país descocido.
El despertador sonó y todo se quedo en una pesadilla.

Elena Cayón Cueto
1º ARA

MI SUEÑO


Ahí estaba yo tumbado en mi cama sin poder dormir pero de repente, no sé muy bien cómo, aparezco en mi sueño. Estoy en una habitación completamente vacía, pintada de color blanco; los suelos son de azulejos de color blanco. Solamente hay una puerta de madera. Yo me acerco a la puerta y la abro, al otro lado hay un largo pasillo del mismo color que la habitación. En el fondo del pasillo hay un libro dorado, intento avanzar hacia él para ver de que trata pero el libro se aleja más y más. Al ver que no lo puedo alcanzar comienzo a correr y cuando estoy a punto de alcanzarlo el suelo del pasillo comienza a temblar y el suelo se abre al medio. Yo me caigo por el hueco abierto, en mi caída observo otro suelo distinto, de color negro, todo está muy oscuro y veo que me voy a precipitar contra él. Yo cierro los ojos y los vuelvo a abrir, sigo cayendo y cuando estoy a punto de estrellarme contra el suelo me despierto, pego un salto y me siento en la cama, viendo que solo era un sueño, me vuelvo a dormir.

Pero siempre tendré la curiosidad de por qué estaba allí ese libro, de qué trataría y sobre todo, por qué quería cogerlo con tanta insistencia.

Daniel Rodríguez Rioz

Estoy sentada en mi cama en medio de la noche porque he oído un ruido. Me levanto y voy andando hacia la puerta, la puerta avanza, yo intento alcanzarla pero la puerta se escapa. Termino en medio de la calle persiguiendo a mi puerta para abrirla. Estoy en medio de la calle, ya no es de noche. Es mediodía, la gente anda deprisa; nadie se da cuenta de mi presencia. Veo la puerta, corro hacia ella, la alcanzo, la abro y entro en otro mundo. Es todo blanco, no hay nada, avanzo y veo algo. Intento seguirlo pero se esconde. Continuando andando veo una sombra final, voy hacia esa sombra. Estoy frente a ella. Esa sombra se adelanta hacia mi, es un libro, un libro gigante y en un abrir y cerrar de ojos aparecen de todas partes todo tipos de libros: de lectura, de texto, diccionarios,...
un pequeño diccionario se cae y me golpea la cabeza, caigo al suelo, abro mis ojos, estoy sentada en mi cama.

Lidia Cuevas

Volveremos el día 24 de abril.

Aprovechad las vacaciones para leer.

Esperamos vuestros libros y sus efectos secundarios.

Lector: Araceli Carús García

Ha leído: Estupor y temblores

Efectos: Sorpresa al desconocer la cultura nipona y ver lo diferente que es el mundo oriental del occidental.

Lector: Germán Trugeda

Ha leído: El orden del mundo de Alberto Santamaría

Efectos: Es el resultado de mezclar: un poeta, un amante, un conversador, un filósofo y, admitámoslo, un macarra.

Lector: Silvia

Ha leído: La inteligencia fracasada de J. Antonio Marina

Efectos: Partiendo de la base que la inteligencia es una capacidad del individuo para dirigir su comportamiento debemos preservarla de hábitos nocivos como la indecisión, la rutina, la obcecación, la inconstancia, la impulsividad... El verdadero triunfo de la inteligencia es la búsqueda de la felicidad y nunca flaquear en ese intento, un fracaso de la inteligencia es cesar en el esfuerzo por la angustia, por la inseguridad, en definitiva, por el miedo.

Todos tenemos un proyecto inusitadamenste obstinado: queremos ser felices.

El camino auténtico es la voluntad, la verdad, la posibilidad, la lucha, la elección de las metas y con seguridad, puede ser hasta un libro.

Lector: Alejandro Salán

Ha leído: Invierno en tiempo de guerra

Efectos: Es un libro muy entretenido que cuenta las vivencias de un chico holandés durante la II Guerra Mundial. Te hace pensar sobre el sufrimiento de la guerra.

Lector: Covadonga Solarana de la Fuente

Ha leído: El príncipe de la niebla

Efectos secundarios: Me encanta este tipo de libros. Cuando leo un libro me gusta seguir la historia en mi imaginación. En este libro además de lo que puede ocurrir al no cumplir lo prometido demuestra la amistad y su importancia.

Lector: Ana Arranz Cantero

Ha leído: En un lugar de Atocha...

Efectos: Escalofríos, tristeza y sobre todo mucha pena por todas las personas inocentes que murieron pero también ayuda a ver que hay gente buena que ayuda a los demás sin recibir nada a cambio.

Lector: Alberto Sal Agüero

Ha leído: Estrella distante de Roberto Bolaño

Efectos: El paciente ha experimentado diferentes efectos entre los que destacamos:
- Cierta depresión (por no saber escribir con la maestría de Bolaño).
- Inusitada nostalgia (por los tiempos descritos en la novela).
- Adicción incontrolable (por finalizar la novela).
- Nueva depresión, aun más fuerte (por finalizar el libro)

Hoy hemos comenzado.